domingo, 31 de julio de 2011

Pies (Osho)

Foto de Arpana Vidroh


Sentid más y más en los pies.
A veces simplemente erguíos sobre la tierra y sentid su frescura, su suavidad, su calor.
Sentid aquello que la tierra esté preparada para danos en ese momento y dejad que fluya a
través de vosotros. Y permitid que vuestra energía fluya hacia la tierra. Estad conectados con
ella.
Como mucho, la gente respira hasta el ombligo, pero no más allá, de manera que la
mitad del cuerpo está casi paralizado, y, debido a ello, lo mismo le sucede a la mitad de la
vida. Entonces muchas cosas se vuelven imposibles, porque el tronco inferior del cuerpo es
como una raíz. Las piernas son las raíces que os conectan con la tierra. De modo que las personas
cuelgan como fantasmas, desconectadas de la tierra. Uno ha de regresar a los pies.
Lao Tse solía decirle a sus discípulos: «A menos que empecéis a respirar desde la planta
de los pies, no sois mis discípulos». Respirar desde la planta de los pies... y tiene toda la
razón. Cuanto más ahondéis, más profunda será vuestra respiración. Es casi cierto que el
límite de vuestro ser es el limite de vuestra respiración. Cuando el límite se incrementa y llega
hasta vuestros pies, a la respiración le sucede lo mismo -no en un sentido fisiológico, sino


psicológico-, y entonces habréis reclamado la totalidad de vuestro cuerpo. Por primera vez
estáis enteros, de una pieza, juntos.