miércoles, 12 de mayo de 2010

La mente eléctrica (Osho)




Foto de Arpana Vidroh


La mente no para de cambiar de negativo a positivo, de positivo a negativo. Esas
dos polaridades son tan básicas para la mente como lo son para la electricidad. Con un
polo, la electricidad no puede existir igual que la mente.
De hecho, en lo más hondo, la mente es sutil electricidad; es eléctrica. Por eso el
ordenador puede realizar su trabajo y a veces mejor que la mente humana. La mente es
simplemente un bioordenador. Posee esas dos polaridades y continúa moviéndose.
De modo que el problema no es que a veces sintáis momentos mágicos y otras
momentos oscuros. La oscuridad de los momentos sombríos será proporcional a la magia de
los momentos mágicos. Si alcanzáis un pico más elevado de positivo, entonces llegaréis al
más bajo del negativo. Cuanto más elevado sea el alcance del positivo, más baja será la
profundidad del negativo. Así que cuanto más alto lleguéis, más profundo será el abismo que
tengáis que tocar.
Debéis entender lo siguiente: si tratáis de no tocar los peldaños más bajos, entonces los
picos más elevados desaparecerán. Os moveréis en un terreno llano. Eso es lo que muchas
personas han logrado hacer; temerosas de las profundidades, se han perdido las cumbres. Uno
ha de correr riesgos. Tenéis que pagar por la cumbre, y ese precio es vuestra profundidad,
vuestros momentos bajos. Pero vale la pena. Incluso un momento en la cumbre, el momento
mágico, vale una vida entera en las profundidades más oscuras. Si podéis tocar el cielo un
momento, podéis estar preparados para vivir el resto de la eternidad en el infierno. Y siempre
es proporcionado, a medias, al 50 por 100.

martes, 11 de mayo de 2010

Incondicional ( Osho)

MWSnap216

Foto de Arpana Vidroh

En cuanto sabéis qué es el amor, estáis listos para dar; porque sabéis que cuanto
más dais, más tenéis. Cuanto más le ofrezcáis a los demás, más irá surgiendo en
vuestro ser
El amor jamás se molesta mucho en pensar si el otro es o no merecedor de recibir. Esas
son cosas mezquinas, actitudes mezquinas. El amor jamás es mísero.
La nube jamás se molesta en meditar si la tierra es merecedora de recibir su don. Llueve
sobre las montañas, llueve sobre las rocas, llueve por doquier. Da sin poner ninguna
condición, sin ataduras.
Y así es el amor: simplemente da, disfruta dando. Quienquiera que esté dispuesto a
recibir, recibe. No necesita merecerlo, no necesita estar en una categoría especial, no necesita
cumplir ningún requisito. Si todas estas cosas fueran necesarias, entonces lo que dais no es
amor. Debe de ser otra cosa y aún desconocéis qué es el amor. En cuanto sabéis qué es el
amor, estáis listos para dar; porque sabéis que cuanto más dais, más tenéis. Cuanto más le
ofrezcáis a los demás, más irá surgiendo en vuestro ser.
La economía corriente es totalmente diferente: si dais algo, lo perdéis. Si queréis
tenerlo, evitad darlo. Recogedlo, sed mezquinos. Es el caso opuesto que con el amor: si
queréis tenerlo, no seáis tacaños; de lo contrario, estará muerto, se estancará; apestará, morirá.
Seguid dando, y se os manifestarán fuentes nuevas, corrientes frescas fluirán a vuestro ser.
Cuando vuestro acto de dar es incondicional, total, la totalidad de la existencia empieza a
entrar en vosotros.

lunes, 10 de mayo de 2010

Seguridad (Osho)

MWSnap232


foto de Arpana Vidroh


No hay seguridad en ninguna parte. La vida es insegura, y no tiene fondo... es
ilimitada.
En la misma petición de seguridad creáis el problema. Cuanto más pedís, más inseguros
estaréis, porque la inseguridad es la misma naturaleza de la vida. Si no pedís seguridad, jamás
estaréis preocupados por la inseguridad. Si empezáis a pedir que los árboles sean blancos
entonces habrá problemas. El problema lo creáis vosotros, no los árboles... estos son verdes y
vosotros pedís que sean blancos. No pueden hacerlo, no pueden comportarse de esa manera.
La vida es insegura, el amor es inseguro. Y eso está bien, porque de lo contrario
estaríamos muertos. La vida puede ser una seguridad solo si estáis muertos; entonces todo es
una certeza.
Debajo de una roca hay suelo. Bajo una flor no hay ninguno; la flor es insegura. Una
leve brisa y la flor se puede dispersar, los pétalos pueden caerse y desaparecer. Es un milagro
que la flor esté ahí. La vida es un milagro, porque no hay razón para que sea. Es simplemente
un milagro que vosotros seáis, porque de lo contrario hay muchos motivos para que no
existierais.
La madurez os llega únicamente cuando aceptáis esto. Y no solo lo aceptáis, sino que
empezáis a disfrutar con ello.