jueves, 19 de marzo de 2009

La sabiduría del silencio

Foto de Arpana Vidroh

Habla simplemente cuando sea necesario.

Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca.

Sé breve y preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra,

dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi.

De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.

Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.

No te quejes y no utilices en tu vocabulario

palabras que proyecten imágenes negativas

porque se producirá alrededor de ti

todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.

Si no tienes nada bueno, verdadero y útil qué decir,

es mejor quedarse callado y no decir nada.

Aprende a ser como un espejo: Escucha y refleja la energía.

El universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo

que la naturaleza nos ha dado,

porque el universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos,

nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones

y nos envía el reflejo de nuestra propia energía

bajo la forma de las diferentes circunstancias

que se presentan en nuestra vida.

Si te identificas con el éxito, tendrás éxito.

Si te identificas con el fracaso, tendrás fracasos.

Así podemos observar que las circunstancias que vivimos

son simplemente manifestaciones externas

del contenido de nuestra habladuría interna.

Aprende a ser como el universo,

escuchando y reflejando la energía

sin emociones densas y sin prejuicios.

Porque siendo como un espejo sin emociones

aprendemos a hablar de otra manera.

Con el poder mental tranquilo y en silencio,

sin darle oportunidad de imponerse

con sus opiniones personales

y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas,

simplemente permite una comunicación sincera y fluida.

No te dés mucha importancia, y sé humilde,

pues cuanto más te muestras superior,

inteligente y prepotente,

más te vuelves prisionero de tu propia imagen

y vives en un mundo de tensión e ilusiones.

Sé discreto, preserva tu vida íntima,

de esta manera te liberas de la opinión de los otros

y llevarás una vida tranquila volviéndote

invisible, misterioso, indefinible,

insondable como el Tao.

No compitas con los demás, vuélvete como la tierra

que nos nutre, que nos da lo que necesitamos.

Ayuda a los otros a percibir sus cualidades,

a percibir sus virtudes, a brillar.

El espíritu competitivo hace que crezca el ego

y crea conflictos inevitablemente.

Ten confianza en ti mismo,

preserva tu paz interna

evitando entrar en la provocación

y en las trampas de los otros.

No te comprometas fácilmente.

Si actúas de manera precipitada

sin tomar conciencia profunda de la situación,

te vas a crear complicaciones

La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen “sí”,

porque saben que ese famoso “sí” no es sólido y le falta valor.

Toma un momento de silencio interno

para considerar todo lo que se presenta

y toma tu decisión después.

Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría.

Si realmente hay algo que no sabes,

o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo.

El hecho de no saber es muy incómodo para el ego

porque le gusta saber todo, siempre tener razón

y siempre dar su opinión muy personal.

En realidad el ego no sabe nada,

simplemente hace creer que sabe.

Evita el hecho de juzgar y de criticar,

el Tao es imparcial y sin juicios,

no critica a la gente,

tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad.

Cada vez que juzgas a alguien

lo único que haces es expresar tu opinión muy personal

y es una pérdida de energía,

es puro ruido.

Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades.

El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.

Recuerda que todo lo que te molesta de los otros

es una proyección de todo lo que

todavía no has resulto de ti mismo

Deja que cada quien resuelva sus propios problemas

y concentra tu energía en tu propia vida.

Ocúpate de ti mismo, no te defiendas.

Cuando tratas de defenderte

en realidad estás dándole demasiada importancia

a las palabras de los otros

y le das más fuerza a su agresión.

Si aceptas el no defenderte estás mostrando

que las opiniones de los demás no te afectan,

que son simplemente opiniones

y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.

Tu silencio interno te vuelve impasible.

Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego

que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo

Practica el arte de no hablar.

Toma un día a la semana para abstenerte de hablar.

O por lo menos algunas horas en el día

según lo permita tu organización personal.

Este es un ejercicio excelente para conocer

y aprender el universo del Tao ilimitado

en lugar de tratar de explicar con las palabras qué es el Tao.

Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar

y tu verdadera naturaleza interna

reemplazará tu personalidad artificial,

dejando aparecer la luz de tu corazón

y el poder de la sabiduría del silencio.

Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas

para realizarte y liberarte completamente.

Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya.

El poder permanece

cuando el ego se queda tranquilo y en silencio.

Si tu ego se impone y abusa de este poder

el mismo poder se convertirá en un veneno,

y todo tu ser se envenenará rápidamente.

Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno.

Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo.

No trates de forzar, manipular y controlar a los otros.

Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son,

o lo que tienen la capacidad de ser.

Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del Tao.

Texto taoísta traducido por Oscar Salazar

jueves, 12 de marzo de 2009

El Zohar

Foto de Arpana Vidroh
Los humanos creen que el paraiso está en el cielo

los ángeles saben que está en la tierra

Abrumado?


Foto de Arpana Vidroh

El amor puede llegar a ser, no sólo un aspecto de tu maquillaje emocional que te abruma con su intensidad, sino una parte de tu propio ser... A menudo un sentimiento que no puedo describir llena mi corazón y todo mi ser. Se presenta cuando hay un profundo amor, pero un sentimiento parecido llega también con el miedo, la angustia, el dolor, la desesperanza y la frustración.”

Hay ciertamente algo muy similar en emociones muy diferentes: el sentirse abrumado. Puede ser amor, puede ser odio, puede ser rabia; puede ser cualquier cosa. Si es demasiado, entonces te da la sensación de sentirte abrumado por algo. Incluso el dolor y el sufrimiento pueden crear la misma experiencia, pero el sentirse abrumado no tiene valor en sí mismo. Solamente demuestra que eres un ser emocional.Esta es típicamente la indicación de una personalidad emocional. Cuando se trata de rabia, es toda rualquier cosa que hagas va a estar equivocada.El amor no tiene que ser parte de tus emociones. Esto es generalmente lo que la gente piensa y experimenta, pero todo lo que abruma es muy inestable. Llega como el viento y pasa, dejándote atrás, vacío, destrozado, triste y con dolor.De acuerdo con aquellos que conocen la esencia entera del ser humano - su mente, su corazón y su ser - el amor tiene que ser una expresión de tu ser, no una emoción.La emoción es muy frágil, muy cambiante. En un momento parece que lo es todo. En otro momento estás simplemente vacío.Así pues, lo primero es sacar al amor de esta multitud de emocioes abrumadoras. El amor no es abrumador. br>Por el contrario, el amor es una enorme revelación, claridad, sensibilidad, conciencia.Pero esa clase de amor raramente existe, porque muy pocas personas alcanzan alguna vez su ser.Hay personas que aman sus automóviles... Ese amor viene de la mente. Y luego amas a tu esposa, a tu esposo y a tus hijos; ese amor viene del corazón. Pero, debido a que éste necesita del cambio para mantenerse vivo, y tú no puedes mantener su estado cambiante, se vuelve rancio. El mismo esposo todos los días... es una experiencia tan aburrida. Atonta tu sensibilidad, atonta cualquier posibilidad de alegría. Empiezas a olvidar poco a poco el lenguaje de la risa. La vida se convierte simplemente en trabajo sin ninguna alegría. Y uno tiene que trabajar porque tiene esposa e hijos.Tienes que sacar al amor del asidero emocional en el que ha estado desde tu nacimiento, y tienes que encontrar una ruta hacia tu ser. A menos que el amor se convierta en parte de tu ser, no va a ser muy diferente del dolor, del sufrimiento, de la tristeza
De Osho

miércoles, 11 de marzo de 2009

El movimiento de liberación de la mujer

Foto de Arpana Vidroh

¿Qué consideras la mayor necesidad de la mujer con­temporánea?

A causa de que la mujer ha sido dominada, torturada y reducida a un cero a la izquierda, se ha vuelto fea. Cuando no se per­mite que tu naturaleza siga sus necesidades internas, se vuelve amarga, se envenena; se queda como lisiada, paralizada, se per­vierte. La mujer que podemos encontrar en el mundo no es tam­poco una mujer verdadera, porque la han corrompido durante si­glos. Y cuando se corrompe a la mujer, el hombre tampoco puede permanecer natural, porque, después de todo, el hombre nace de la mujer. Si ella no es natural, sus hijos no serán naturales. Si ella no es natural -ella va a cuidar al hijo o hija-, naturalmente esos niños serán afectados por su madre.

La mujer necesita ciertamente una gran liberación, pero lo que está sucediendo en nombre de la liberación es estúpido. Es imita­ción, no es liberación.

Aquí conmigo hay muchas mujeres que han estado en el mo­vimiento de liberación, y cuando llegan aquí por vez primera son muy agresivas. Y puedo comprender su agresividad: siglos y siglos de dominación las han vuelto violentas. Es una simple venganza. Han perdido la cordura, y el único responsable es el hombre. Pero poco a poco, lentamente, se van suavizando, adquieren gracia; su agresividad desaparece. Se vuelven, por primera vez, femeninas.

La liberación real hará que la mujer sea auténticamente una mujer, no una imitación del hombre. Ahora mismo, eso es lo que está sucediendo: las mujeres están intentando ser iguales que los hombres. Si los hombres fuman cigarrillos, entonces la mujer tie­ne que fumar cigarrillos. Si ellos llevan pantalones, entonces la mujer tiene que llevar pantalones. Si ellos hacen ciertas cosas, en­tonces la mujer tiene que hacerlas. Ella se está volviendo simple­mente un hombre de segunda categoría.

Esto no es liberación, esto es una esclavitud mucho más pro­funda, mucho más profunda porque la primera esclavitud se la im­pusieron los hombres. Esta segunda esclavitud es más profunda porque la han creado las mujeres mismas. Y cuando otra persona te impone una esclavitud, puedes rebelarte contra ella, pero si tú mismo te impones una esclavitud en nombre de la liberación, no hay nunca una posibilidad de rebelión.

Me gustaría que la mujer se volviera realmente una mujer, por­que es mucho lo que depende de ella. Ella es mucho más impor­tante que el hombre, porque ella lleva en sus entrañas tanto a la mujer como al hombre. Ella da a luz a ambos, al niño y a la niña; ella nutre a ambos. Si ella está envenenada, entonces su leche está envenenada, entonces su manera de criar a los hijos está envene­nada.

Si la mujer no es libre para ser realmente una mujer, el hom­bre nunca será libre para ser realmente un hombre tampoco. La libertad de la mujer es una condición indispensable para la liber­tad del hombre; es más fundamental que la libertad del hombre. Y si la mujer es una esclava -como lo ha sido durante siglos-, ella hará que también el hombre sea un esclavo de maneras muy sutiles; las maneras de la mujer son sutiles. Ella no luchará direc­tamente; su lucha será indirecta, será femenina. Ella llorará y ge­mirá. No te golpeará, se golpeará a sí misma, y al golpearse a sí misma, al llorar y gemir, incluso el más fuerte de los hombres acaba siendo dominado por su mujer. Una mujer muy delgada y débil puede dominar a un hombre muy fuerte... La mujer necesita una libertad total, para que también pueda dar libertad al hombre.

Esto es algo fundamental que hay que recordar: si esclavizas a alguien, al final te verás reducido a la esclavitud; no puedes per­manecer libre. Si quieres permanecer libre, da libertad a los demás; ésa es la única manera de ser libre.

El libro de la mujer, de Osho

11 de marzo

Foto de Arpana Vidroh


Pecar contra dios es una cosa
pero pecar contra el ser humano es peor


Sufian thuari

lunes, 9 de marzo de 2009

Cuento zen

Foto de Arpana Vidroh

Un belicoso samurai desafió en una ocasión a un maestro zen a que explicara el concepto de cielo e infierno.
Pero el maestro respondió con desdén:
—No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!
Herido en lo más profundo de su ser, el samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó:
—¡Podría matarte por tu impertinencia!
—Se acaban de abrir las puertas del infierno —repuso el maestro con calma.
Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el samurai se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al maestro la lección.
—Se acaban de abrir las puertas del cielo —añadió el maestro.

domingo, 8 de marzo de 2009

Rikyû limpia el jardín del té


Foto de Arpana Vidroh


Una vez Rikyû recibió de su maestro, Jôô, la órden de limpiar el jardín del té. De hecho, sin embargo el jardín ya había sido dejado tan limpio que si siquiera podía verse una hoja caída. Rikyû, habiéndosele dado el trabajo de volver a limpiar un jardín que ya estaba muy bien limpio, se dirigió inmediatamente al jardín, se aproximó a un árbol, lo aferró con ambas manos y lo sacudió con suavidad, Contempló como cuatro o cinco hojas caían blandamente sobre el suelo y luego retornó a la casa.
El maestro Jôô contempló el jardín y felicitó a Rikyû con estas palabras:

-¡Esto es lo que se puede llamar una autentica limpieza!

Del libro " En la nieve la rama florecida" Horst Hammitzsch

un día de marzo

Foto de Arpana Vidroh

Somos el resultado de un grandísimo número de actos libres de los que somos los únicos responsables

Matthieu Ricard / Trinh Xuan Thuan

sábado, 7 de marzo de 2009

La Mascara

Foto de Arpana Vidroh
LA MÁSCARA
Cada vez que me pongo una máscara para tapar mi realidad, fingiendo ser lo que no soy, lo hago para atraer a la gente.
Luego descubro que sólo atraigo a otros enmascarados, alejando a los demás, debido a un estorbo: la máscara. Uso la máscara para evitar que la gente vea mis debilidades; luego descubro que al no ver mi humanidad, los demás no me quieren por lo que soy, sino por la máscara.
Uso una máscara para preservar mis amistades; luego descubro que si pierdo un amigo por haber sido auténtico, realmente no era amigo mío, sino de la máscara. Me pongo una máscara para evitar ofender a alguien y ser diplomático; luego descubro que aquello que más ofende a las personas con las que quiero intimidar, es la máscara.
Me pongo una máscara, convencido de que es lo mejor que puedo hacer para ser amado. Luego descubro la triste paradoja: lo que más deseo lograr con mis máscaras, es precisamente lo que impido con ellas.
Gilbert Brenson