miércoles, 16 de junio de 2010

Postergar ( Osho)

Foto de Arpana Vidroh
La vida es muy corta y hay mucho que aprender; aquellas personas que no dejan
de postergar nunca dejan de perderse cosas.
Cada uno ha de averiguar constantemente si avanza a estados más felices o no. Si es así,
uno se encuentra en el camino correcto. Adentraos más en él, disfrutadlo más. Y si os sentís
tristes, entonces mirad: en algún punto os habéis apartado del camino, os habéis extraviado.
Algo os ha distraído, ya no sois naturales, os habéis alejado de la naturaleza. Mirad, analizad,
y sea lo que fuere lo que encontréis como causa de vuestra tristeza, desprendeos de ello. Y no
lo posterguéis para mañana; eliminadlo de inmediato.
La vida es muy corta y hay mucho que aprender; aquellas personas que no dejan de
postergar, nunca dejan de perderse cosas. Hoy postergaréis hasta mañana, y mañana volveréis
a postergar. Despacio, las postergaciones se convierten en un hábito. Y lo que llega siempre
es el hoy; el mañana jamás llega. De modo que podéis seguir postergando hasta el infinito.
Siempre que veáis que algo os produce tristeza, desprendeos de ello en el acto... no lo
retengáis ni por un momento. Esto es coraje: coraje de vivir, de arriesgar, de aventura. Y solo
aquellos que son valerosos, un día son recompensados con la totalidad, con la luz, el amor, la
felicidad y la bendición.

martes, 15 de junio de 2010

Mediocridad ( Osho)

Foto de Arpana Vidroh

Nunca os resignéis a una mediocridad, porque es un pecado contra la vida. Nunca
pidáis que la vida carezca de riesgos y) á mas pidáis seguridad, porque eso es pedir la
muerte.
Muchas personas, casi el noventa por ciento, han decidido vivir en terreno llano, seguro,
sin asumir ningún riesgo. Jamás caen en las profundidades, nunca se elevan a las alturas. Su
vida es aburrida, ordinaria, monótona, sin cumbres ni valles, sin noches ni días. Simplemente
viven en un mundo gris, sin colores... el arco iris no existe para ellos. Llevan una vida gris, y
poco a poco también ellas se vuelven grises y mediocres.
El mayor peligro es alcanzar las mayores cumbres de la divinidad y caer a las mayores
profundidades del infierno. Convertíos en viajeros entre esos dos puntos, sin temor. Poco a
poco llegaréis a entender que existe una trascendencia. Llegaréis a saber que no sois ni la
cumbre ni la profundidad, ni la cumbre ni el valle. Llegaréis a saber que sois los observadores,
los testigos. Algo en vuestra mente alcanza la cumbre, algo en vuestra mente
desciende al valle, pero algo que hay más allá está siempre ahí -vigilando, tomando nota de
ello-, y ese algo sois vosotros.
Ambas polaridades están en vosotros, pero vosotros no sois ninguna, os eleváis muy por
encima de ellas. El terreno es alto y bajo, tanto el cielo como el infierno están ahí, pero, de
algún modo, vosotros os encontráis lejos de ambos. Simplemente observáis todo el juego,
toda la actividad de la conciencia.

lunes, 14 de junio de 2010

Buscando la llave (cuento)

Foto de Arpana Vidroh


Muy tarde por la noche Nasrudin se encuentra dando vueltas alrededor de una farola, mirando hacia abajo. Pasa por allí un vecino.

- ¿Qué estás haciendo Nasrudín, has perdido alguna cosa?- le pregunta.
- Sí, estoy buscando mi llave.

El vecino se queda con él para ayudarle a buscar. Después de un rato, pasa una vecina.
-¿Qué estáis haciendo? - les pregunta.
- Estamos buscando la llave de Nasrudín.
Ella también quiere ayudarlos y se pone a buscar.

Luego, otro vecino se une a ellos. Juntos buscan y buscan y buscan. Habiendo buscado durante un largo rato acaban por cansarse. Un vecino pregunta:

- Nasrudín, hemos buscado tu llave durante mucho tiempo, ¿estás seguro de haberla perdido en este lugar?
- No, dice Nasrudín
- ¿dónde la perdiste, pues?
- Allí, en mi casa.
- Entonces, ¿por qué la estamos buscando aquí?
- Pues
porque aquí hay más luz y mi casa está muy oscura.

En el trabajo

Foto de Arpana Vidroh



Se debe recordar que a los compañeros de trabajo no les importa vuestra vida
interior. Esa es tarea vuestra; ellos tienen su propia vida interior que desarrollar.
Tienen sus estados de ánimo negativos, sus problemas personales, ansiedades, como
todo el mundo, igual que vosotros. Pero cuando os encontráis en una situación de trabajo con
alguien, no es necesario que saquéis ese tema, porque si ellos empiezan a hablar de sus cosas
negativas y vosotros los imitáis, será un proceso interminable. Simplemente tenéis que verlo.
Si os sentís negativos, haced algo. Por ejemplo, escribid algo muy, muy negativo y
quemadlo. Id a la habitación de las terapias, golpead una almohada y tiradla. ¡Realizad un
baile terrible! Tenéis que eliminarlo; es vuestro problema.
Y de vez en cuando es bueno llamar a quienquiera que sea que esté trabajando con
vosotros y preguntarle si habéis sido negativos, si se sienten dolidos. Porque en ocasiones uno
quizá no sepa que ha sido negativo. Pequeños gestos, una palabra, incluso un silencio, pueden
hacer daño; el modo en que miréis puede hacer daño. Así que de vez en cuando llamadlos y
pedid su perdón. Decidles: «Cada vez que os pregunto, tenéis que ser sinceros. Decídmelo,
porque soy un ser humano y a veces las cosas pueden estar mal desde mi lado y he de
enderezarlas