lunes, 29 de agosto de 2011

Cuento zen

Un nuevo estudiante se acercó al maestro de Zen, y le preguntó cómo debería prepararse para su instrucción.

“Piense que soy una campana”, explicó el maestro, “Deme un golpecito suave, y obtendrá un pequeñísimo tintineo; golp
éeme con fuerza, y recibirá un estridente y sonoro repique”.