martes, 23 de agosto de 2011

Adaptarse (Deng Min Dao)


El cielo abraza el horizonte.
Sin importar qué tan irregular sea el perfil,
El cielo se le ajusta fielmente.

Donde quiera que estés, el cielo constantemente se encuentra con el horizonte. Se ajusta absolutamente a la superficie de la tierra. Los cambios en el cielo o en la tierra no afectan esta perfecta adaptación. Puede haber nubes, puede ser de noche, puede haber montañas o árboles o incluso edificios en el horizonte, pero la relación permanece.

Sin importar las circunstancias que la vida presente, nos debemos adaptar exactamente, ya sea que pensemos que situación es buena o mala. La resistencia es inútil. Deberíamos, en cambio, concentrarnos en percibir cualquier circunstancia que nos rodea. Por ejemplo, si uno está en una posición de liderazgo, uno debe adaptar su visión a la del grupo; el líder exitoso articula y trae consenso al grupo. El ser flexible y ajustarse constantemente a los tiempos es muy importante.


Con frecuencia pensamos sobre el paisaje como ocupando el primer plano y en cielo como el fondo. Es porque el cielo está siempre al fondo que puede encontrarse a la perfección con el borde del primer plano. Si emulamos esta característica de estar al fondo, también podremos encontrar el ajuste prefecto con la vida. Sin embargo esta adaptación no es pasividad. Es concordancia. Es porque el cielo está en el fondo que es, de hecho, supremo. Así es también con nosotros. Si sabemos cómo adaptarnos, terminamos siendo superiores.