viernes, 10 de junio de 2011

Necedad (Osho)





Foto de Arpana Vidroh


Esos momentos en que sentís que lo que estáis haciendo es una necedad son
momentos muy raros de sabiduría.
Buscar es una necedad, porque ya tenemos aquello que buscamos. Meditar es una
necedad, porque la meditación es un estado de no hacer. Preguntar es una necedad, porque la
respuesta no puede venir del exterior... solo de vuestro corazón. De hecho, no puede llegar
como respuesta, lo hará como desarrollo. Será un florecimiento de vuestro ser. Pero esos
momentos en que sentís que es una necedad son momentos muy raros de sabiduría. No podéis
sentiros necios siempre, ¡de lo contrario os iluminaríais!
En la tradición zen se repite una y otra vez el siguiente incidente, en cada época con
cada maestro: alguien llega y afirma que quiere convertirse en un Buda y el maestro lo golpea
con mucha fuerza... porque es una cuestión necia. A veces ha sucedido, si se encuentra
realmente preparado y a punto, a veces ha sucedido que con el primer golpe del maestro la persona se ha vuelto iluminada. Ha sido capaz de ver en ese golpe que era una necedad
preguntar cómo llegar a ser un Buda, ¡porque ya era Buda!
De modo que estas cosas le van a suceder a cada buscador. Al meditar, de pronto hay un
rayo de luz y veis que es una necedad. Pero son momentos muy raros de sabiduría aquellos en
los que os sentís necios. Solo un hombre sabio puede sentirse necio. Los necios jamás sienten
que lo son; creen que son sabios. Esa es la definición de un necio: se considera sabio. Y un
hombre sabio ha llegado a saber que todo es una necedad.