jueves, 14 de abril de 2011

La verdadera pregunta (Osho)

Foto de Arpana Vidroh

La verdadera pregunta no es más que una cápsula en la que está oculta la
respuesta, un duro caparazón que protege la contestación delicada que lleva dentro. Es
una corteza que rodea a una semilla.
Noventa y nueve de cada cien preguntas son tonterías, y debido a esas noventa y nueve
preguntas no sois capaces de formular la pregunta realmente valiosa. Estáis rodeados por
noventa y nueve clamores y gritos que no permiten que en vosotros surja la verdadera
pregunta. Esta posee una voz muy silenciosa, serena y pequeña, y las irreales son grandes farsantes.
Por ellas no podéis formular la pregunta adecuada ni encontrar la respuesta apropiada.
De forma que reconocer las tonterías como tonterías es una gran percepción. Entonces
comienzan a escabullirse de vuestras manos, porque si sabéis que son tonterías no podéis
retenerlas durante mucho tiempo. La misma comprensión de que se trata de tonterías basta
para que vuestras manos se vacíen, y cuando las manos quedan libres de las tonterías, solo
permanece la pregunta verdadera y única.
Y la belleza de la verdadera pregunta es que si únicamente queda la pregunta real, la
respuesta no anda muy lejos. Se encuentra dentro de la pregunta. El mismo centro de esta es
la respuesta.