miércoles, 9 de marzo de 2011

Ser herido (Osho)

Foto cedida por Elisa
Millones de personas han decidido no ser sensibles. Han desarrollado pieles
gruesas a su alrededor para evitar que alguien los hiera. Pero a un gran precio. Nadie
los puede herir, pero nadie los puede hacer felices tampoco.
Cuando empezáis a abriros, habrá dos cosas disponibles: a veces estará nublado y otras
resplandecerá el sol. Pero si permanecéis cerrados en vuestra cueva, entonces no habrá nubes
ni sol. Es bueno salir, bailar con el sol, y, sí, también sentirse a veces triste con las nubes... y a
veces soplará un viento fuerte. Cuando salís de la cueva, todas las cosas son posibles, y una de
ellas es que la gente os puede herir... pero esa es solo una de ellas.
No penséis mucho en ello, de lo contrario os volveréis a cerrar. Hay millones de cosas;
pensad también en eso. Seréis más felices, más cariñosos. Estaréis más disponibles, y la gente
estará más disponible para vosotros. Seréis capaces de reír, podréis celebrar. Pensad en mil y
una cosas. ¿Por qué elegir solo una, que la gente os herirá?
Cuando salís de la habitación, ahí afuera está todo el universo, ¿y no pensáis en la Luna
v las estrellas, sino solo en infecciones? Entonces sentiríais un temor desproporcionado. Sí,
hay infecciones. Pero cuando salís al exterior, salís al exterior; el sol os aportará sus vitaminas
y el viento podría arrastrar algunas infecciones. Todo es posible, pero eso es la vida.