martes, 23 de noviembre de 2010

Mañana (Osho)

Foto de Arpana Vidroh

Cuando buscáis, el futuro es importante, el objetivo es importante. Y cuando no buscáis,
el momento presente es todo lo que hay... todo. No hay futuro, de modo que no podéis
postergar.. no podéis decir. «Mañana seré feliz».
A través del mañana destruimos el hoy; a través de lo ficticio destruimos lo real. De
manera que podéis decir: «Muy bien, si hoy estoy triste, no hay nada de qué preocuparse...
mañana estaré feliz». De modo que el hoy se puede tolerar, lo podéis soportar. Pero si no hay
mañana ni futuro, y nada que buscar y encontrar, no hay forma de postergarlo... la misma
postergación desaparece. Entonces depende de vosotros ser o no ser felices. Y en el momento,
en este momento, tenéis que decidir. Y no creo que nadie vaya a decidir ser infeliz. ¿Por qué?
¿Para qué?
El pasado ya no existe, y el futuro jamás existirá, de modo que este es el momento.
Podéis celebrarlo: podéis amar, podéis rezar, podéis cantar, podéis bailar, podéis meditar,
podéis emplearlo como queráis. Y el momento es tan pequeño, que si no estáis muy alerta, se
os escurrirá de las manos, desaparecerá. Entonces, para ser, uno ha de estar muy alerta. En
cambio, hacer no requiere ninguna alerta, es algo muy mecánico.
Y no empleéis la palabra esperar... porque eso significa que el futuro ha vuelto a entrar
por la puerta de atrás. Si creéis que deberíais esperar, una vez más estáis esperando el futuro.
No hay nada por lo que esperar. La existencia es tan perfecta en este momento como lo será
jamás. Nunca va a ser más perfecta.