miércoles, 24 de noviembre de 2010

Adoración (Osho)

Foto de Arpana Vidroh

No es necesario ir a la iglesia, al templo o a la mezquita; allí donde estéis, sed dichosos,
y allí estará el templo. El templo es una creación sutil de vuestra propia energía. Si sois
dichosos, creáis el templo a vuestro alrededor, una determinada aura, una luz, una fragancia.
En los templos simplemente hacemos cosas falsas. En los templos ofrecemos flores que
no son nuestras; las tomamos prestadas de los árboles. Ya fueron ofrecidas por Dios a los
árboles y en ellos estaban vivas; las habéis matado, habéis matado algo hermoso, y ahora le
estáis ofreciendo esas flores asesinadas a Dios y ni siquiera os sentís avergonzados.
He observado, en particular en la India, que las personas no toman las flores de sus
propias plantas, las recogen de las de sus vecinos, y nadie puede impedírselo, porque este es
un país religioso y recogen flores con propósitos religiosos... no se les puede decir que no. La
gente enciende luces y velas, pero no son suyas; la gente quema incienso y surge la fragancia,
pero todo es prestado.
El verdadero templo se crea mediante la felicidad... y todas estas cosas comienzan a
suceder por cuenta propia. Si sois felices, descubriréis que unas flores están siendo ofrecidas,
pero dichas flores son de vuestra conciencia; hay luz, pero esa luz surge de vuestra propia
llama interior; hay fragancia, pero esa fragancia corresponde a vuestro ser. Esa es la verdadera
adoración.