miércoles, 28 de julio de 2010

La puerta (Osho)

Foto de Arpana Vidroh

Toda relación es imaginación, porque siempre que salís de vuestro propio ser,
salís solo a través de la puerta de la imaginación. No hay otra puerta.
El amigo, el enemigo, ambos están en vuestra imaginación. Cuando dejáis por completo
de imaginar, estáis solos, absolutamente solos. Una vez que entendéis que la vida y todas sus
relaciones son imaginación, no vais contra la vida, pero vuestra comprensión os ayuda a hacer
que vuestras relaciones en la vida sean más ricas. Ahora que sabéis que las relaciones son
imaginación, ¿por qué no poner más imaginación en ellas? ¿Por qué no disfrutarlas lo más
profundamente que os sea posible? Cuando la flor no es más que vuestra imaginación, ¿por
qué no crear una flor hermosa? ¿Por qué conformarse con una flor corriente? Dejad que sea
una flor de esmeraldas y diamantes.
Sea lo que fuere lo que imaginéis, dejad que sea. La imaginación no es un pecado, es
una capacidad. Es un puente. Así como cruzáis un río con un puente que tendéis entre esta
orilla y aquella, así funciona la imaginación entre dos personas.
Dos seres proyectan un puente -llamadlo amor, confianza-, pero es imaginación. La
imaginación es la única facultad creativa en el hombre, de modo que aquello que sea creativo
va a ser imaginación. Disfrutadlo
y haced que sea más y más hermoso. Poco a poco llegaréis a un punto en el que no
dependeréis de las relaciones. Compartiréis. Si tenéis algo, lo compartís con las personas,
pero os sentís satisfechos con quiénes sois.
Todo amor es imaginación, pero recordad, cuando empleo la palabra imaginación, no la
utilizo en el sentido condenatorio con que se la usa por regla general. La imaginación es la
facultad divina del hombre.