miércoles, 11 de mayo de 2011

Pequeñez (Deng Ming-Dao)

                                                                                          Foto de Elisa

Puede que seas capaz de grandes cosas,
Pero la vida consiste de pequeñas cosas.


Casi nunca pasan cosas grandes. Uno debe conocer lo pequeño así como lo grande. Puede que todos anhelemos realizar logros perdurables y el ser héroes, pero la vida rara vez nos da las oportunidades para hacerlo. La mayoría de nuestros días consisten de pequeñas cosas –las meditaciones sin incidentes, el ordinario cocinar las comidas, los banales viajes al trabajo, el rascarse silenciosamente en el jardín– y es de estas pequeñas cosas que se componen los eventos más grandes de la vida.

Rara vez tenemos la ocasión de hacer grandes gestos. El momento más importante para el campeón de gimnasia no es sino una hora en una vida entera. Las obras de grandes artistas son vistas por momentos muy cortos. La mejor composición del maestro no es sino una obra en un mar de tonos musicales. Si queremos ser exitosos, es a las pequeñas cosas a las que debemos prestarles atención.

No debemos caer en la trampa de esperar tanto por las grandes cosas que dejemos pasar las pequeñas oportunidades deslizarse frente a nosotros. La gente que hace eso está siempre esperando a que la vida sea perfecta. Se quejan de que el destino está en su contra, de que el mundo no reconoce su grandeza. Si bajaran la vista, verían todas las bellas oportunidades que se arremolinan a sus pies. Si fueran lo suficiente humildes como para agacharse, podrían recoger en sus manos tesoros inconmensurables.