sábado, 30 de abril de 2011
La verdad (Osho)
viernes, 29 de abril de 2011
Ángulos diferentes (Osho)
jueves, 28 de abril de 2011
Vulnerabilidad (Osho)
miércoles, 27 de abril de 2011
Punto cero (Osho)
martes, 26 de abril de 2011
lunes, 25 de abril de 2011
Comparación ( Osho)
domingo, 24 de abril de 2011
Filosofía (Osho)
sábado, 23 de abril de 2011
EL CORAZON PASADO POR ALTO (Osho)
viernes, 22 de abril de 2011
Derribo de Puentes ( Osho)
jueves, 21 de abril de 2011
miércoles, 20 de abril de 2011
ANHELAR LO POSIBLE ( Osho)
martes, 19 de abril de 2011
El amor tiene tres dimensiones (Osho)
El primero es posesivo, el segundo, no. El primero crea una atadura, el segundo da libertad. La tercera dimensión del amor es divina, eterna: cuando no hay un objeto al que amar, cuando el amor no consiste en una relación en absoluto, cuando el amor se convierte en un estado de ser. Tú simplemente amas, no amas a alguien en particular, sino que es simplemente un estado de amor, así que, hagas lo que hagas, lo haces de forma amorosa. Incluso cuando tocas una roca, lo haces como si estuvieras tocando a tu amado, incluso cuando miras a los árboles, tus ojos están llenos de amor.
El primero utiliza a la otra persona como un instrumento, en el segundo, la otra persona ya no es un instrumento, en el tercero, la otra persona ha desaparecido por completo. El primero crea una atadura, el segundo da libertad y el tercero trasciende ambos, supone la trascendencia de toda la realidad. En este ya no hay amante ni amado, sólo hay amor.
Ese es el estado supremo del amor y ese es el fin que hay que buscar en la vida. La mayor pare de la gente se queda en el primero. Sólo unos pocos entran en el segundo; y lo más escaso es el tercero. Y cuando éste se convierte en realidad, te sientes colmado; a la vida no le falta nada, y esa plenitud es alegría, una eterna alegría.
lunes, 18 de abril de 2011
Alquimia (Osho)
domingo, 17 de abril de 2011
VULNERABLE Y FUERTE (Osho)
sábado, 16 de abril de 2011
La ley de la sincronicidad
La ley de la sincronicidad significa que "aunque a veces nos ocurren cosas que aparentemente no tienen nada que ver con las decisiones y las acciones que hemos tomado en nuestro día a día, estas cosas están ahí para que aprendamos algo acerca de nosotros mismos, de nuestra manera de disfrutar la vida".
De ahí que mientras sigamos resistiendonos a ver la vida como un aprendizaje, seguiremos sufriendo por no aceptar las circunstancias que hemos cocreado con nuestros pensamientos, decisiones y acciones. No existen las coincidencias. Tan solo la ilusión de que existen las coincidencias. De hecho "la ley de la sincronicidad" también ha descubierto que "nuestro sistema de creencias determina en última instancia no sólo nuestra identidad, sino también nuestras circunstancias".
Por ejemplo, que si somos personas inseguras y miedosas, atraeremos a nuestra vida situaciones inciertas que nos permitan entrenar los músculos de la confianza y la valentía. Así, los sucesos externos que forman parte de nuestra existencia suelen ser un reflejo de nuestros procesos emocionales internos. De ahí la importancia de conocernos a nosotros mismos.
viernes, 15 de abril de 2011
La ley del karma
Cada uno recoge
lo que siembra" (Buda)
La ley del karma afirma, en esencia, que "todo lo que pensamos, decimos y hacemos tiene consecuencias". De ahí, que en el caso de que cometamos errores, obtengamos resultados de malestar que nos permitan darnos cuenta de que hemos errado, pudiendo así aprender y evolucionar. Y en paralelo, en el caso de que cometamos aciertos, cosechemos efectos de bienestar que nos permitan verificarr que estamos viviendo con comprensión, discernimiento y sabiduría.
Esta es la razón por la que los sucesos que componen nuestra existencia no están regidos por la "casualidad", sino por la "causalidad". Según la ley del karma, cada uno de nosotros "recibe lo que da", lo que elimina toda posibilidad de caer en las garras del inútil y peligroso victimismo.
Introvertidos- extrovertidos (osho)
jueves, 14 de abril de 2011
© Arpana Vidroh
El valor de las cosas. Una historia zen
Esta es una historia que nos enseña que el verdadero valor de las cosas solo puede ser apreciado por un experto.
"Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?"
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después...- y haciendo una pausa agregó Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-E...encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien-asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Que importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...
El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.
La verdadera pregunta (Osho)
miércoles, 13 de abril de 2011
La gran ambición (Osho)
martes, 12 de abril de 2011
Unidad Orgánica (Osho)
lunes, 11 de abril de 2011
Fluidez
domingo, 10 de abril de 2011
Recordar (Osho)
sábado, 9 de abril de 2011
El Amor no tiene miedo (Osho)
viernes, 8 de abril de 2011
Osho
jueves, 7 de abril de 2011
Enfermedad psicológica (Osho)
miércoles, 6 de abril de 2011
Transforma la mente (Osho)
Siempre que quieras cambiar un patrón de la mente que se ha convertido en un hábito duradero, la respiración es lo mejor. Todos los hábitos mentales están asociados con el patrón de respiración. Cambia el patrón de respiración y la mente cambiará inmediatamente, instantáneamente. ¡Inténtalo!
Siempre que observes que esté surgiendo en ti un juicio y que estés cayendo en un viejo hábito, exhala inmediatamente, como si estuvieras tirando el juicio con la exhalación. Exhala profundamente, jalando el estómago y, conforme sacas el aire, siente o visualiza cómo todo el juicio está siendo expelido.
Después inhala profundamente dos o tres veces.
Simplemente ve qué pasa. Sentirás una frescura completa; el viejo hábito no habrá logrado tomar posesión.
Comienza con la exhalación, no con la inhalación. Cuando quieras absorber algo, empieza con la inhalación; cuando quieras deshacerte de algo, comienza con la exhalación. Sólo mira la manera inmediata en que es afectada la mente. Inmediatamente verás que ésta se ha movido a otro lugar; ha llegado una nueva brisa. No te encuentras en la vieja rutina así que no repetirás el viejo hábito.
Esto sucede con todos los hábitos. Por ejemplo, si fumas y sientes la necesidad de fumar pero no quieres, inmediatamente exhala profundamente y expele la necesidad. Respira profundamente y verás que la necesidad ha desaparecido de manera inmediata. Esta puede convertirse en una herramienta sumamente importante para el cambio interno.
Libro " Tónico para el alma"
martes, 5 de abril de 2011
Determinación
Señora mariposa,
Te vi una semana atrás.
Ahora has regresado,
Con tu amante,
Vuelos en tándem,
Y hélices tangentes:
Cuántas veces
Retornas gustosamente!
En las leyendas se cuenta la historia de los amantes mariposa. Ellos se amaron tanto que incluso en la muerte sus corazones se fijaron fielmente el uno al otro. En honor a su mutua devoción, los dioses los convirtieron en mariposas y les permitieron volver juntos reencarnación tras reencarnación.
Que todos podamos manifestar semejante determinación y confianza a lo que amamos!
Osho (libro,"Preguntas al maestro· )
lunes, 4 de abril de 2011
domingo, 3 de abril de 2011
El loco ( Tarot de Osho)
Seng-Ts’an
sábado, 2 de abril de 2011
Pasos hacia el amor (Osho)
El amor es la unión, el encuentro orgásmico de la muerte y la vida. Si no has conocido el amor, te lo has perdido. Naciste, viviste y moriste, pero perdiste la oportunidad. Te has equivocado tremendamente, totalmente, absolutamente, has perdido el intervalo entre las dos notas. Ese intervalo es el pináculo más alto, la experiencia suprema.
Para alcanzarlo, hay cuatro pasos que debes recordar.
El primero: estar aquí y ahora, porque el amor sólo es posible en el "aquí-ahora". No puedes amar en el pasado. Muchas personas viven simplemente de recuerdos, amaron en el pasado. Y hay otros que aman en el futuro; eso tampoco se puede hacer. Estas son formas de evitar al amor. El pasado y el futuro son las formas de evitar al amor.
De modo que amas en el pasado o amas en el futuro y el amor es sólo posible en el presente porque sólo en este momento la vida y la muerte se encuentran... en el oscuro intervalo que está dentro de ti. Ese intervalo oscuro está siempre en el presente, siempre en el presente, siempre en el presente. Nunca es pasado y nunca es futuro. Si piensas demasiado—y pensar es siempre o del pasado, o del futuro—tus energías se separarán de tus sentimientos. Sentir es estar aquí-ahora. Si tus energías se mueven en función del pensar, entonces no tendrás suficientes energías para adentrarte en los sentimientos y el amor no será posible.
El valor del vino(Dr. Javad Nurbakhsh.)
El fuego del amor, durante largos años, quemó mi corazón, quemó mi alma,
hasta que el Bienamado me enseñó la vereda del enamoramiento.
El celo del amor dejó mudo mi grito,
y para que no hablara, me selló los labios.
Tanto bailé, anhelante, como una mariposa, en torno a Él,
que ardió como una vela para prenderme fuego en todo círculo.
Para que eleve hoy el canto del amor,
durante largos años, escondido en el tiempo, Él me enseñó la letra.
Soy siervo del anciano del fuego que me compró regateando con mi ser
a cambio de una copa de vino, vendiéndome de nuevo en la taberna.
Ebrio por el aliento del Alma de mi alma, Nurbakhsh cantaba así:
«El fuego del amor, durante largos años, quemó mi corazón, quemó mi alma».
Dr. Javad Nurbakhsh.